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jueves, 25 de septiembre de 2014

Otro estúpido año

Acabo de darme cuenta de la completa indiferencia que he tenido últimamente sobre este blog, hace un mes se cumplieron 2 años del comienzo de tan desesperante proceso de creación, el cual funciona sólo mientras vayas obteniendo grandes remolinos imaginarios para desatar en la oscuridad de la habitación envuelta de música sensitiva y un estado neutro. La verdad, me sorprende el tiempo en que he estado con esto y la completa satisfacción que solía invadirme al momento de saber que añadiría otro capítulo al libro virtual del que soy autor. Lo seguiré haciendo, pero creo tener alguien que me escuche, y eso cambia radicalmente toda la historia ahora. De igual manera la necesidad innata de retratar versos de mi oscuridad me hace querer pronunciarme a un público tolerante y emblemático. Y sólo puedo agradecer a nadie el hecho de seguir con la meta intacta y encaminándose hacia la no desmoralización. A la final, hay muchas cosas que pueden afectar mis emociones, pero muy pocas cosas afectan mis sentimientos, de allí la razón de mi inexistencia.

A parte de todo eso, también hace unos días cumplí años, es decir, después de tanto soy mayor de edad y eso te dirige a varias direcciones!.Siendo sincero, era algo a lo que no quería llegar, los 17 fueron grandes, pero hay cosas que no se pueden detener. Ése día me era indiferente, puesto que, generalmente no espero que alguien se acuerde y lo celebre, y yo sólo quería salir con alguien e ir a un lugar solitario donde pasar el día, es decir, un día perfecto para mi. Sin embargo, fue un poco mas, terminé pasando unas buenas horas, disfrute de la compañía de pocas personas y me alegra tenerlas allí. Creo que me queda esperar que las responsabilidades lleguen y aprovechar cada roce con cualquier sensación vívida. 

Por último, no es otro año, es otro semestre que llega de nuevo, cargado de complicaciones y dificultades. Desmotivaciones que te estancan y te desaniman al arruinar tus pensamientos. Por eso a veces es necesario tener bajas expectativas, pero nuevas sensaciones me invaden y hay sentimientos que te hacen despreocuparte de todo mal acontecimiento y eso me parece lo mejor. Al parecer sólo queda moverse y hacer lo necesario para no ahogarte en la incapacidad; después de todo, tengo un símbolo que dice felicidad.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Autonomía de un sentimiento

Siento que no puedo escribir fluidamente cuando la felicidad me envuelve, o que solo hago provecho de las adversidades y los malos tiempos para despejar mi mente y arrojar hacia el ordenador toda señal de rencor. Y aunque ciertamente no es en todo momento rencor lo que me llena, la tristeza, resentimiento o angustia causa el mismo efecto, por lo que recurro a la única satisfacción que me puede otorgar un oído placebo.

Sé que ya he hecho mención de la irresponsabilidad adolescente, haciendo uso de tonos que me hacen notar como un adulto el cuál sabe, conoce y reconoce cada aspecto rocambolesco de la vida, lo cual no es cierto, pero aun mucho mejor, tampoco me importa. Entonces analizo la situación cercana a mi, y me invade completamente la duda y el desentendimiento, o pienso en la ignorancia juvenil. Aún conociendo el sentimiento y el deseo, me parece estupidez en su máxima expresión.

Tal vez lo peor de todo, es que inclusive en momentos felices de mi vida, no es uno solo el tema que me desoriente y me enfrasca a pensar demasiado, puede que mas de lo necesario, pero es involuntario el sentimiento eufórico y de certeza al comenzar a escribir siguiendo melodías contradictorias; y sólo una frase solitaria invade mi mente y se convierte en un himno privado hacia la emotividad que fluye como ríos en estado medio sólido en estaciones frías. Como la vanidad en la sociedad o el desosiego de las masas, toda acción va a la par de la personalidad de quien lo viva, pero algo está claro, las malas acciones no son justificables en ningún momento, y eso se lleva grabado en tu memoria.


No planeo hablar de las situaciones de mi vida, sólo es una apología de los caminos que alaba la incertidumbre y el poder de la duda, causando revuelo en quien entienda la complejidad de una decisión. Por ello, cada quién que decida hacia donde transitar, y en que playa dejar su huella, porque aunque estés en medio de un bosque, si visualizas el mar a lo lejos, poco a poco llegaras a mojar tus pies. Paz y felicidad.